Ella soñaba con un mundo entre lo perfecto y lo oscuro.
Relacionaba la felicidad y el amor, junto a la muerte y la depresión.
Imaginaba mundos inexistentes y creia en seres fantásticos a los
que solo conocia por cuentos y películas.
Tenia fe en que algún dia, uno de esos seres fantásticos, vendria a buscarla para alejarle de su pesadilla.
Asi es como llamaba a su vida,pesadilla.
Según Chie... todo lo que estaba viviendo era una prueba duradera y tormentosa que tenia que superar para asi, poder vivir después en ese gran mundo al que lleva esperando diecisiete años con tanto entusiasmo.
Chie esperaba todas las noches tumbada en la cama con la persiana subida para que la luz de la luna enfocara su rostro.
Eso,la hacia realmente hermosa.
Su piel adquiria una palidez aún mayor de la que ella tenia y su cuerpo se volvia frio. Frio como el marmol.
A chie, no le gustaba la ropa que abrigara. Eso iba en contra de su voluntad.
Le gustaba sentir el frio y la humedad que en su habitación se concentrara y no el calor que envolviera su cuerpo y provocara rojez en sus mejillas. A eso, que durmiera siempre con su vestido blanco de tirantes favorito.
Sus labios ...eran todo lo contrario. Tenian color. Podian confundirse incluso con el color de la sangre. Siempre los tenia húmedos.
Cuando la luz del sol estaba a punto de aparecer, Chie se dormia con la esperanza de que la noche siguiente, ese alguien vendria y se colaria por su ventana para llevarsela lejos. Muy, muy lejos.
Algún dia podré huir de los recuerdos y callar las voces del pasado.
Yo soy Chie.
